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Con el fin de contribuir a la atención del rezago educativo en nuestro país, así como el aspirar a un equitativo y justo desarrollo del progreso, surge la creación del INEA por Decreto Presidencial el 31 de agosto de 1981. Estableciéndose como Organismo Descentralizado de la Administración Pública Federal con personalidad y patrimonio propios para administrar los recursos materiales y humanos al servicio de la educación pública para adultos.


La Delegación Durango, inicia sus labores en el mes de noviembre del mismo año, compartiendo en un principio sus instalaciones con la Secretaría de Educación Pública, ubicada entonces en Pino Suárez y Zarco, donde algunos de sus trabajadores (de la SEP) cambiaron su adscripción para formar parte del nuevo y entusiasta equipo del INEA.


A fines de 1999, el INEA inició los trabajos necesarios para llevar a cabo la Federalización. Con el propósito de contribuir de manera importante, en la motivación y atención de las personas que son atendidas por los programas asistenciales, así como el establecimiento de centros de atención educativa para jóvenes y adultos aplicando nuevas estrategias de operación, mejores contenidos educativos, actualizaciones pedagógicas para técnicos docentes como para asesores educativos.


La descentralización llego finalmente el 20 de Septiembre de 1999 en un acto solemne, ante los representantes de los poderes Legislativo y Judicial y funcionarios de los sectores educativos federal y estatal, servidores públicos entre otras distinguidas personalidades para tomarle así la Protesta al nuevo Director General del ahora Instituto Duranguense de Educación para Adultos, Profesor Federico Mejía Hernández, por el gobernador constitucional del estado de Durango, Lic. Ángel Sergio Guerrero Mier, quien diera instrucciones precisas para llevar a la práctica el nuevo esquema operativo Durango 2000.

Historia de la educación para adultos.

A partir de los primeros pasos de la estructuración formal de la Educación en México en la segunda etapa de José Vasconcelos al frene de la Secretaría de Educación (1921-1924), la educación de los analfabetas era una preocupación del estado mexicano y su atención ya se encaminaba a la responsabilidad de la Federación (Estado y Municipios) para abatir los altos índices de personas mayores de 15 años sin los elementos de la lecto-escritura.


Para 1936 después de varios intentos por atender el rezago educativo de los adultos a través de diferentes programas orientados a la atención de esos grupos, pero sobre todo aquellos que se ubicaban en el medio rural, se alababa el esfuerzo a pesar de que los resultados no eran del todo satisfactorios.


Ante esta situación se tomaron medidas más rígidas tales como el de obligar a todo trabajador analfabeta mayor de 15 años, a asistir a las escuelas nocturnas, instaladas en las escuelas primarias, so pena de quitarles el trabajo de no cumplir con esa exigencia. Esta postura del Gobierno Federal se vio reforzada cuando los esfuerzos realizados durante casi diez años toman carácter de Campaña Nacional contra el Analfabetismo el 23 de agosto de 1944.


En un intento plausible por hacer llegar la información y los beneficios de la Campaña se unieron los medios masivos de comunicación; así la radio, la televisión y los periódicos difundieron las acciones y se logró captar gran número de personas analfabetas e interesar a otras instituciones como los Sindicatos y Organizaciones Obreras Independientes, Empresas y Compañías Productivas del país en alfabetizar a sus trabajadores.


En 1948 durante el sexenio alemanista se crea la Dirección General de Alfabetización y con ello las acciones de Coordinación entre el D.F. y los Estados de la República de manera más formal en lo administrativo y lo técnico. Los datos estadísticos arrojaron que en la década 1940 - 1950 el analfabetismo en México bajo del 55.2 % al 44.8 %. Siendo Secretario de Educación Jaime Torres Bodet se intensificaron las acciones contra el Analfabetismo a través de una línea de labores extraescolares en la llamadas Misiones Culturales las que fueron fortalecidas, además, con vehículos dotados de colecciones de libros, discos, folletos y películas instructivas; aparatos de radio, cinematógrafos con lo que se pretendía no solo enseñar a leer y escribir sino adquirir los elementos básicos de la Cultura con el fin de llevar una instrucción educativa integral.


En el sexenio 1946-1952 no se dio gran importancia a la educación de adultos. Miguel Alemán Valdés se preocupó más por la transformación social y económica de la nación y no consideró que uno de los factores contribuyentes a ésta era la Educación en todos sus órdenes. Pese a esto el Secretario de Educación en turno Manuel Gual Vidal mostró gran interés en la Escuela Rural.


Una década después, en 1963, dentro de los trabajos e análisis de la OEA, realizados en Bogotá Colombia y en concordancia con los Acuerdos de "Alianza para el Progreso" México reportaba el 45 % de analfabetismo global esto es niños menores de 15 años sin escuela y mayores de 15 sin ningún tipo de instrucción educativa. Los reportes para 1965 mostraban una serie de escollos para la realización de la labor alfabetizante; factores adversos como: la situación económica de las comunidades, la falta de comunicaciones, las barreras orográficas, pero sobre todo, la diversidad demográfica, étnica y lingüística.


Una década más 1975: 1, 200,000 adultos analfabetas mexicanos obstruían el paso a un campo de igualdad de oportunidades. En un intento por abatir aún más este rezago, se integró a los adultos desinstruídos a un Sistema de Escuela Abierta con Centros de Acreditación de Estudios y apoyos de orientación y guía para la culminación de los estudios y se les proporcionaban los materiales educativos necesarios para que los adultos estudiaran por su cuenta. La Campaña iniciada en 1944 se torna en Plan Nacional en 1975 con carácter de Objetivo Permanente para instruir y capacitar sin límite al mayor número de adultos que por cualesquier razón no hubieran podido terminar su educación. El reforzamiento a este Plan queda plasmado con el surgimiento de la Ley Nacional de Educación para adultos del 31 de diciembre de 1975.


Seis años después de emitida la Ley Nacional de Educación para Adultos se crea el Instituto Nacional de Educación de Adultos "INEA" en septiembre de 1981. Para ese tiempo existía en nuestro país gran atraso educativo entre la población mayor de 15 años. Un gran total de 31 millones de mexicanos que no habían concluido la primaria o la secundaria e incluso quienes ni tan siquiera habían iniciado su instrucción primaria.


La función del INEA fue ser el instrumento para la batalla decisiva y permanente contra el persistente analfabetismo. La ideología de la época intentaba que el impacto de la Alfabetización no se quedara en la simple adquisición de los elementos de la lecto-escritura a través de la Cartilla Escolar, que era la modalidad e instrumento adoptado para el campo de la enseñanza, sino que al mismo tiempo habilitara al adulto a una paulatina integración a la vida cultural, política y social mejorando su vida pública y comunal; por lo anterior podría decirse que el Objetivo General era el ofrecimiento de la Educación Básica y Programas aptos para el desarrollo del máximo de capacidades.